1. La tecnología:

el uso de sensores se asocia, por una parte, con el cambio que la tecnología produce en la percepción, funcionando como filtro a través del que interactuar con la realidad de forma diferente y, por otro, con su capacidad para maximizar el potencial del individuo, como un dispositivo añadido a su esencia humana.

Esas modificaciones afectan también a la relación del artista con el receptor activo, como ocurre en la comunicación interpersonal en general. Se enfrían las emociones humanas y se humaniza la tecnología, construyendo un nuevo código escénico en el marco de las artes vivas.



2. El rastro del evento en las artes vivas:

las intervenciones en el marco de las artes vivas dejan un resultado material que se prolonga más allá del evento escénico. Un producto susceptible de ser expuesto y con valor artístico independiente, aunque asociado, al mismo tiempo, a la intervención.