1. Espacio y tiempo conceptuales:

en el paradigma emergente, el espacio físico y el tiempo cronológico carecen de importancia. Lo que interesa es la dimensión espacial y temporal de carácter conceptual que el Procesador es capaz de construir con su intervención total a través de la inteligencia dinámica, el movimiento y la mirada. Para que esa dimensión aparezca, el Procesador tiene que ensanchar lo máximo posible, el presente, intentando habitar la ranura “trans” durante el proceso de creación.


2. Impulso-Inercia-Resultado:

la herramienta creativa asociada al nuevo paradigma se ajusta al esquema:


impulso-inercia-resultado

Que consiste en controlar na inercia derivada del impulso inicial y hacerla consciente durante cada momento del continuum, domando el presente del proceso hasta el resultado final.



3. Función del Procesador:

la importancia del Procesador reside en su capacidad de abstraerse en el espacio-tiempo conceptuales para que la arquitectura potencial, pensada por el director, aparezca. Así, solo cuando el espectador deja de ver al Procesador, puede percibir el trabajo artístico. Por tanto, el Procesador ha de estar al servicio del impacto que se produce en la mente del espectador, actuando como transmisor y transformador del mensaje sin obstaculizarlo con su presencia.